Katty Fuentes revela sufrimiento durante tiempo como Miss México
Exparticipante en Miss Universo Katty Fuentes, residente del Norte de Texas, publica libro sobre su vida
Dallas - A Katty Fuentes le encanta hablar.
La exMiss México, quien ha sido conductora de radio y televisión, ha logrado forjar una carrera gracias a su pasión por la comunicación.
Sin embargo, Fuentes guardó silencio acerca de un tema muy personal por mucho tiempo.
Durante y después de su participación en Miss Universo, Fuentes fue víctima de violencia emocional, lo cuál no reveló hasta años después. Ahora ella ha decidido contar su historia para ayudar a otras víctimas, por medio de su libro El amor no es control,donde platica acerca de su carrera y cómo logró salir de una relación abusiva.
Una belleza norteña
Después de ser la ganadora del concurso de Nuestra Belleza México como representante de su estado natal Nuevo León en 1997, Fuentes se mudó a la Ciudad de México. Durante ocho meses, profesionales la entrenaron para su participación en el certamen de belleza más importante del mundo, Miss Universo.
Aunque no ganó la corona, Fuentes se siente orgullosa de su participación.
“El poder representar a México fue un momento inolvidable”, recuerda.
Después de participar en Miss Universo, las puertas al mundo de la farándula se le abrieron a Fuentes. Recibió varias ofertas, pero la más llamativa vino de la televisora mexicana Televisa, para unirse al Centro de Educación Artística (CEA).
Sin embargo, el novio de Fuentes no estaba de acuerdo con que ella se dedicara a la actuación. Le decía que esa era una profesión para mujeres “fáciles”, y que la vida de Fuentes estaba en Monterrey.
La insistencia de su pareja la hizo repensar sobre su futuro profesional.
“Hubo muchos chantajes de parte de mi novio”, recuerda Fuentes. “Emocionalmente, me hizo dudar de mis habilidades, y me orilló a tomar una decisión que yo realmente no quería tomar”.
Fuentes rechazó la oferta, y se regresó a Monterrey para terminar su carrera de odontología en la Universidad Autónoma de Nuevo León. A partir de esa decisión, Fuentes asegura que ingresó en un ciclo de abuso del cual le tomaría años salir.
Historias que se repiten
“Crecí en una familia disfuncional”, explica Fuentes, quien vive en el Norte de Texas desde hace 17 años. “Aunque había mucho amor, no había respeto. Creo que el crecer en este tipo de cultura sí afectó mis decisiones en mis relaciones”.
La actitud posesiva de aquella pareja que la alejó de la actuación, le ocasionó que sufriera baja autoestima y que cayera en varios periodos de depresión.
“(Mi pareja) no me dejaba superar, y yo acabé por darle el control de la relación”, dice Fuentes. “Por miedo dejé que alguien más controlara mi vida, en vez de enfrentar la realidad”.
Uno de los ejemplos que Fuentes menciona es que su pareja, después de una pelea, constantemente la abandonaba en restaurantes o lugares que no eran familiares para ella. Fuentes dice que esta era una de las maneras en que su pareja demostraba que él era quien estaba en control.
“Fue muy difícil aceptar que estaba viviendo un ciclo de violencia”, confiesa Fuentes. “Porque en un ciclo de violencia pasas por una etapa de peleas, y luego una etapa de luna de miel, donde todo es bonito, y es por eso que te quedas”.
Fuentes debía dar explicaciones de todas sus actividades a su pareja, y el abuso emocional fue tal que vivía con miedo, sostiene. Al platicar con amigas y comparar experiencias, Fuentes finalmente se dio cuenta que su relación no era normal, sino tóxica y abusiva.
Tiempo de hablar
Pasaron varios años para que Fuentes aceptara que debía poner fin a esa relación, pero no se animó a contar de inmediato lo que había vivido. Fue ahí donde se dio cuenta de que raramente se habla en público de la violencia emocional.
Fuentes añade que este silencio es apoyado por el machismo.
“En esta cultura es fácil decir, ‘¿de qué te quejas? esto es normal’, cuando una situación de pareja así definitivamente no es normal”, sostiene Fuentes. “Se normaliza la manipulación y el chantaje, y no se toma en serio nada más porque no le pegan a uno”.
“Por ejemplo, en las películas, en las telenovelas, le dan más énfasis al abuso físico”, dice Fuentes. “Eso no quiere decir que la violencia emocional no sea importante”.
Por estas razones Fuentes decidió escribir sobre su experiencia en El amor no es control, donde también comparte las historias de abuso de personas cercanas a ella.
“Las secuelas que deja la violencia emocional son igual de graves que las secuelas que dejan los golpes”, dice Fuentes. “Quiero abrirle los ojos a las mujeres que lean este libro, que sepan que no tienen que conformarse con que las traten de manera condescendiente”.
Falta mucho por hacer para que al público aprenda acerca de este tipo de relaciones abusivas, admite Fuentes. Esa, asegura, fue su principal motivación para escribir el llibro que también incluye un listado de recursos para las mujeres víctimas de violencia.
Vida después del abuso
Hoy, a sus 39 años, Fuentes da clases de yoga, una de sus pasiones, que la ayuda a meditar y mantener su actitud positiva. También ofrece asesoría en Hope’s Door, un refugio para mujeres víctimas de todo tipo de abuso.
“Estoy viviendo una vida 100 por ciento en paz”, dice Fuentes. “Finalmente”.
http://www.aldiadallas.com/2016/05/27/katty-fuentes-revela-sufrimiento-durante-tiempo-como-miss-mexico/
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