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"Todavía siento a mi mamá cuando me despierto en la mañana hablando en la cocina”, indicó Alba Reyes. (André Kang)
Llorosa y apretando el rosario que tenía entre sus manos la exreina de belleza Alba Reyes recordó los últimos momentos que pasó con su madre antes de perderla asesinada por unos maleantes en la sala de su casa el pasado sábado en la noche.
“Estábamos en la sala viendo televisión y planificando un viaje a Cuba que queríamos hacer. Ese día hablamos de tantas cosas, siempre lo hacíamos, pero ese día más. Del viaje, de regresar a la misión con que estoy trabajando, y me levanté un segundo para ir a la cocina a comerme algo cuando escucho un ruido, pensé que era un nene explotando petardos. Cuando voy saliendo de la cocina al family veo a mami que me dice ‘son tiros tírate al piso’ y pensé, juraba que las dos nos tiramos al piso y cuando se acaba veo a mami en el piso (sin vida). Ella me habló, llegó a dos pies de mí. No se tenía que haber parado, me hubiese gritado, y ella no lo hizo”, contó la abogada en la tarde de hoy a El Nuevo Día desgarrada por el dolor, tras salir de una misa efectuada en la capilla de Celestium, en Carolina puesto que los restos de la enfermera serían cremados.
Alba ya no dará ese viaje a Cuba. “No me imagino hacer ese viaje sin ella”.
Sobre si el asesinato pudiera deberse a una rencilla de su hermano negó cualquier teoría.
“Quiero aclarar que mi hermano es un niño con discapacidad mental, que necesita ayuda para leer y escribir, así y todo, continuó estudios, trabaja, no fuma, no bebe, no usa drogas, se la pasa con su novia y en el gimnasio. Es el colmo que la explicación sea que esté atado al bajo mundo cuando en este País basta un tropiezo con la persona equivocada para recibir un tiro”.
La modelo, quien pide al pueblo toda la ayuda para esclarecer el caso, dijo que no ha recibido ayuda psicológica ni ella ni su familia.
"Es un proceso de aceptación y negación. Todavía siento a mi mamá cuando me despierto en la mañana hablando en la cocina”, sostuvo.
Aseguró que no descansará hasta que encuentren al asesino y aceptó que se siente amenazada por los sicarios.
“Obviamente en una situación como esta es imposible sentirse segura, llevo cuatro días sin dormir y el resto de mi vida no voy a sentirme segura. La policía hace rondas preventivas por mi casa, pero ayer entré en un pánico increíble… y me sentiría más segura si me dieran más protección”, concluyó.
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