Es domingo, 20 de diciembre de 2015, en Las Vegas y me encuentro en el escenario del certamen de belleza más importante en el mundo, el Miss Universe. Todo lo que ocurrió durante el transcurso del certamen será objeto de discusión en otro artículo pero en este quiero referirme al suceso que dejó a todo el mundo hablando del certamen: el anuncio de la ganadora equivocada.
Todos los medios de comunicación especulan sobre lo que sucedió allí esa noche y la organización solo expresó unas disculpas escuetas sin dar detalles. Las entrevistas que nos hacen a las candidatas luego del certamen fueron sumamente sencillas y someras y por eso, al igual que todas las demás vivencias y anécdotas que he acumulado desde que fui electa como Miss Puerto Rico, quiero, a través de este espacio, compartir todo con ustedes. Estaba parada sobre el escenario en espera del anuncio de la ganadora, a solo unos pies de la que sería la nueva Miss Universo. El tema de mi no-clasificación también será objeto de análisis en otro escrito muy pronto, y lo aclaro para que no parezca que lo estoy obviando. Antes de subir al escenario pude preguntar la hora, para saber apróximadamente cuánto tiempo quedaba y recuerdo haber pensado que estaríamos bastante tiempo paradas sobre el escenario antes de saber quién ganaría. Aunque aún tenía el mal sabor de no haber clasificado, estaba atenta al anuncio porque entre las dos candidatas a elegir se encontraba una de las que fueron mis mejores amigas a través de todo el concurso, Miss Colombia, Ariadna Gutiérrez. Sabía que había una gran posibilidad de que la nueva reina fuera ella. Sorprendentemente rápido, llegó el momento “de la verdad”. Y digo rápido porque usualmente la coronación se hace quedando solo uno o dos minutos de transmisión pero en esta ocasión todavía quedaba mucho tiempo. Entonces Steve Harvey anuncia que la nueva Miss Universo es… ¡Colombia!. Wow. La otra candidata que, junto con Miss Argentina, Claudia Barrionuevo, componía el grupo que muchos apodaron como “Las Cuatro Fantásticas” era Miss Perú, Laura Spoya, quien también fue mi compañera de cuarto o “roommate”. Laura y yo nos miramos con asombro al ver a Ariadna ahora coronada. Pero a pesar de nuestra emoción, no podíamos ir a felicitarla. Había un protocolo que seguir, el cual habíamos ensayado durante la mitad de nuestra estadía en Las Vegas. Siempre ensayamos que una vez la reina fuera coronada, ella inmediatamente haría su “first walk” o primera pasarela como Miss Universo hacia el lado derecho del escenario, luego regresaría al centro y entonces se dirigiría a la parte posterior donde estarían todas las candidatas. Pero esto no pasó así. Como en toda producción, había un coordinador encargado de dejarnos saber hacia dónde y cuándo movernos mientras estábamos en cámara. A pesar de que todo el concurso, que duraba unas tres horas, corrió a la perfección y tal cual lo habíamos ensayado, no sucedió lo mismo con la coronación. Tan pronto Miss Colombia fue coronada, el coordinador inmediatamente le hizo señas de que no se moviera. Toda persona que haya trabajado en una producción televisada en vivo sabe que cada segundo cuenta. Treinta segundos de un error son una eternidad. Como se puede constatar con el vídeo, pasaron cuatro minutos antes de que Steve regresara a corregir el error. Cuatro minutos pasaron donde Miss Colombia pudo ser coronada, ponerse la cinta, recibir el arreglo de flores, ondear su bandera de Colombia y llorar de la felicidad por su triunfo. Durante todos esos cuatro minutos el coordinador le indicaba que no se moviera. Nosotras, las candidatas, no sabíamos qué hacer porque eso no era lo que habíamos ensayado. Luego del transcurso de esos largos minutos, Steve regresa y procede a decir que había cometido un error. Desde ese momento intuí lo que iba a decir, pero no lo podía creer. Entonces anuncia que Miss Colombia es la primera finalista, y la verdadera Miss Universo era Miss Filipinas. Nosotras, las candidatas, estábamos igual o más sorprendidas ante lo que estaba ocurriendo que todos los espectadores. No sabíamos si podíamos movernos de nuestras posiciones, así que solo mirábamos con asombro. El teatro se quería caer con los gritos, unos de indignación y otros de celebración. Todas tuvimos que ver el incómodo momento donde le quitaban la corona a una de nosotras frente a millones de televidentes. Digo “una de nosotras” porque durante tres semanas todas las candidatas compartimos todos los días, todo el día, y se convierte en una especie de hermandad. Ya en esos momentos se había perdido todo el orden y las posiciones en el escenario y nos atrevimos a movernos. Sin pensar ni analizar todo lo que estaba sucediendo en ese momento, yo solo sentía que debía ir a abrazar a mi amiga. No sabía ni pensé que tantas candidatas fueran donde ella primero, pero mirando todo en retrospectiva, pienso que es natural que las personas sintamos la necesidad de consolar a quien está sufriendo. Esto generó un mar de críticas y debates de quienes alegaban que fue un acto en contra de Miss Filipinas. No puedo hablar por todas las candidatas, pero en mi caso no fue así y sé que muchas de ellas tampoco lo pensaron de esa forma. Tengo que resaltar el hecho de que en esos momentos Miss Filipinas, acabando de ser coronada como la Miss Universo, se acercó a donde estábamos nosotras con los ojos rojos y llorosos y solo decía: “I’m sorry, I’m sorry.”. Nunca olvidaré esa cara. Yo la miré y me quedé en “shock” o atónita ante todo lo que veía y no supe ni qué decir. Ni siquiera pude decirle nada a Ariadna por tanta gente que había a su alrededor. Entendí que ese no era el momento de hablar con ninguna. Me fui para el camerino porque el mundo no se acababa y tenía que recoger mis pertenencias para reunirme con mi familia. Al salir del escenario, me encontré con alguien que conocía de la organización y comentamos lo increíble que era lo que acababa de suceder. Le pregunté si sabía qué había pasado y me dijo: “es que eso era lo que decía en el teleprompter”. En ese momento no internalicé lo que me dijo, y simplemente lo di como un hecho. Sin embargo, al otro día caí en cuenta de que el nombre de las finalistas y las ganadores nunca se pone en el teleprompter porque sino todas las personas que estamos en el escenario, podríamos leer los resultados antes de ser anunciados. Al día siguiente el mundo entero hablaba de lo sucedido. Además, salió un vídeo en las redes sociales donde se aparenta ver que una señora le pasa una tarjeta a Steve justo antes de el anunciar el error y mostrarla a las cámaras. Yo misma, cuando lo vi, pensé que así era. Pero bueno, nunca sabríamos si eso en realidad sucedió, o al menos eso pensé. Luego de almorzar con mi familia le escribí a Ariadna, Miss Colombia, solo para dejarle saber que estaba pendiente aunque no había podido conversar con ella esa noche y para despedirme. Para mi sorpresa, me contestó inmediatamente y de lo más contenta como siempre. Por eso supe que ella estaría bien. Por la noche salí hacia el aeropuerto para emprender mi regreso a Puerto Rico. Estando en la fila de seguridad, me topé con un grupo de colombianos que había conocido durante los ensayos. Me reconocieron y nos detuvimos a conversar un rato. Por supuesto, el tema principal lo fue el gran error del anuncio. Sin yo mencionar nada, una señora del grupo me dice: “Y ahora está circulando por las redes un vídeo donde yo estoy ondeando una banderita de Colombia, celebrando el triunfo de Ariadna, y por la posición parece como si le estuviera dando algo al animador”. Y de esa forma el gran misterio fue aclarado, al menos para mí. Definitivamente siempre hay dos versiones de cada historia y es mejor no emitir juicio sin conocer ambas. Dos días luego de haber regresado a Puerto Rico, cuando ya estaba un poco menos agitada de toda la locura del certamen en general, caí en cuenta de que aún no había felicitado a Pia, la nueva Miss Universo. Después de todo, ella fue víctima también porque no pudo tener una coronación bonita como todas y toda la controversia había opacado su momento. Le escribí un mensaje bonito públicamente a través en mi Instagram (@catalinamoralesoficial) pero luego pensé que eso no era suficiente, y que habían varias cosas que quería decirle personalmente. Le escribí un mensaje ya que todas teníamos nuestros números de teléfonos incluso desde meses antes de saber dónde y cuándo sería el certamen. Con su usual humildad, me contestó al momento agradeciéndome el gesto. Definitivamente ambas chicas sufrieron con lo ocurrido pero, como todo en la vida, deben verlo del lado positivo y sacarle provecho al suceso. Sé que ambas tendrán carreras exitosas en lo que se desempeñen, al igual que todas las candidatas del 2015 pues son mujeres ejemplares y emprendedoras. Entonces, ¿error o estrategia? No puedo concluir si lo que ocurrió allí fue un error genuino o una estrategia muy bien planificada para darle notoriedad y relevancia al evento, pero ahora pude contarles todo lo que vi allí y lo que sé, y que cada cual llegue a su propia conclusión. ¡Manténganse pendientes a catalinapr.com para más información que no podrán obtener en ningún otro lado!
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